Los fagos, un aliado prometedor contra la pandemia de las superbacterias

 

Es posible que la próxima pandemia esté ya a la vuelta de la esquina, pero en esta ocasión no se trata de un nuevo virus que espera pacientemente para dar el salto al mundo desde una remota provincia asiática o africana. De hecho, muchos expertos creen que en esta futura crisis sanitaria los virus no serán nuestros enemigos, sino nuestros aliados. Los científicos llevan años alertando sobre el peligro que suponen las ‘superbacterias’, patógenos que, amén al mal uso -léase exceso- de medicamentos del que los humanos hemos hecho gala durante las últimas décadas, se han vuelto resistentes a prácticamente todos los antibióticos con los que tradicionalmente los hemos combatido desde el descubrimiento de la penicilina por parte de Alexander Fleming hace ya casi un siglo.

Morir por una herida infectada hoy en día puede parecernos absurdo, pero antes de la generalización del uso de los antibióticos en la década de 1940 era algo relativamente habitual… y podría volver a serlo. Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet estima que las bacterias resistentes a los antibióticos fueron responsables de más de 1,2 millones de muertes en 2019, más que enfermedades como el sida o la malaria. Se trata de un hallazgo inquietante, ya que hasta ahora se estimaba que estas ‘superbacterias’ causarían unos 10 millones de muertes para 2050, pero la nueva evidencia sugiere que “estamos mucho más cerca de esa cifra de lo que pensábamos”, tal y como ha explicado el coautor del estudio, el profesor Chris Murray, del Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington.

En el estudio, titulado ‘Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis’ (Impacto mundial de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos en 2019: un análisis sistemático) se estima que en 2019 hubo un total de 4,95 millones de muertes asociadas a la resistencia a los antibióticos, entre las cuales un total de 1,27 millones son directamente atribuibles a la misma. De nuevo, los países y regiones subdesarrollados del globo fueron las más castigadas, con África subsahariana occidental liderando la tasa de mortalidad con una media de 23,7 muertes por cada 100.000 habitantes, mientras en la región de Australasia esta incidencia descendió hasta las 6,5 muertes por cada 100.000 habitantes. El estudio cubre 23 patógenos y 88 combinaciones patógeno-fármaco en 204 países y territorios en el año 2019.

Sobreviviendo a las superbacterias

La magnitud de la amenaza es de tal calibre que los científicos, que libran una especie de carrera armamentística a contrarreloj contra estos microorganismos, creen haber dado finalmente con la horma de su zapato. El 22 de marzo de 2016 la joven Karen Northshield resultó gravemente herida en el atentado terrorista del aeropuerto bruselense de Zaventen, que segó la vida al menos 14 personas. Fue trasladada en paro cardíaco al hospital, donde los médicos la reanimaron y, debido a la gravedad de sus heridas, tuvieron que amputarle parte de la cadera y operarla de urgencia para salvar su pierna. Sin embargo, el verdadero calvario empezó después, cuando los doctores se dieron cuenta de que las heridas de Northshield estaban infectadas con una cepa bacteriana que no retrocedía ante ninguno de los antibióticos habituales. Tras meses de tratamientos infructuosos, la salvación llegó con la forma de algo que todos hemos aprendido a temer durante los últimos dos años: un virus.

Los bacteriófagos o fagos son virus que infectan exclusivamente a las bacterias. Están en todas partes, en el suelo, dentro de nuestro tracto intestinal o en una alcantarilla, como el que finalmente, en una terapia combinada con medicamentos, libró a la joven de la infección con Klebsiella neumoniae que la tenía postrada en cama desde hacía varios meses, tal y como adelantó El País el pasado 18 de enero. El consenso científico estima que los fagos son una de las armas más prometedora para luchar contra el peligro que suponen las superbacterias, pero aún quedan muchos años de investigación (y de inversión) para refinar el uso de estos aliados microscópicos, que son inocuos para los humanos por haber evolucionado en simbiosis con ellos durante millones de años.

Un poco de historia

Lejos de ser novedosa, la terapia con fagos es incluso más antigua que los propios antibióticos, puesto que su descubrimiento data de 1917. No obstante, el desarrollo de la penicilina y sus derivados frenó muy pronto la investigación de estos virus, cuya utilización para curar infecciones solo floreció como alternativa a los medicamentos en la antigua Unión Soviética, donde desempeñaron un papel destacado en batallas como la de Stalingrado. Tras la caída del telón de acero el conocimiento sobre los fagos se mantuvo vivo en exrepúblicas soviéticas como Georgia y Polonia, donde el Instituto Hirszfeld de Wroclaw y el Instituto Eliava de Tiflis están a la vanguardia del desarrollo de tratamientos antibacterianos con estos virus y han servido de puente para que investigadores e instituciones de todo el mundo puedan coger ahora el relevo de la investigación y prepararnos para una pandemia en la que, por primera vez, gran parte de la culpa la tendrá la irresponsabilidad humana.

Por Fernando Moldenhauer

Fuentes:

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)02724-0/fulltext#seccestitle200

https://elpais.com/opinion/2022-01-25/el-poder-de-las-superbacterias.html

https://elpais.com/ciencia/2021-11-18/la-siguiente-pandemia-ya-ha-empezado-la-covid-ha-acelerado-la-aparicion-de-superbacterias.html#?rel=mas

https://www.eldiario.es/sociedad/muertes-anuales-bacterias-resistentes-medicamentos-superan-causadas-sida-malaria_1_8670535.html

https://elpais.com/ciencia/2022-01-18/una-mujer-supera-una-de-las-peores-infecciones-conocidas-gracias-a-un-tratamiento-con-virus.html

https://elpais.com/elpais/2017/02/27/ciencia/1488207618_921542.html

https://www.ucm.es/data/cont/docs/1462-2017-10-26-4_1%20Impact%20of%20phages%20on%20man_trascript_v1_JVB%20(Spanish).pdf

Leave a Reply